Una de cada tres personas en el mundo no tiene acceso a agua potable salubre, dos de cada cinco no disponen de una instalación básica destinada a lavarse las manos, y más de 673 millones no disponen de baños o sanitarios. La pandemia de COVID 19 nos ha demostrado la importancia vital del saneamiento, la higiene y un acceso adecuado al agua limpia para prevenir y contener las enfermedades.
A pesar de que todas las actividades sociales y económicas dependen en gran medida del abastecimiento de agua dulce y de su calidad, 2.200 millones de personas viven sin acceso a agua potable. La conmemoración de este día, tiene por objetivo concientizar acerca de la crisis mundial del agua y la necesidad de buscar medidas para abordarla de manera que alcancemos el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 6: agua y saneamiento antes de 2030.
Aguas subterráneas, hacer visible lo invisible
Para el 2022 el foco de atención se centra en las aguas subterráneas, unas aguas invisibles cuyos efectos se aprecian en todas partes. Se trata de aguas que se encuentran bajo tierra, en los acuíferos (formaciones de rocas, arenas y gravas que contienen cantidades importantes de agua).
Tras alimentar manantiales, ríos, lagos y humedales, las aguas subterráneas finalmente se filtran a los océanos. Su principal fuente de recarga es la lluvia y la nieve que se infiltran en el suelo y pueden extraerse a la superficie por medio de bombas y pozos.
La vida no sería posible sin ellas. La mayoría de las zonas áridas del planeta dependen por completo de este recurso, que suministra una gran proporción del agua que utilizamos para fines de consumo, saneamiento, producción de alimentos y procesos industriales.
Asimismo, son decisivas para el buen funcionamiento de los ecosistemas, como los humedales y los ríos. Es por ello que debemos protegerlas de la sobreexplotación y la contaminación que actualmente las acechan, lo que podría desembocar en el agotamiento de este recurso, en el encarecimiento de su tratamiento y regeneración y hasta la paralización de su uso.
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Cuidar los reservorios
El denominado Sistema Acuífero Guaraní (SAG) es el tercero de los reservorios de agua subterránea más grandes del mundo, ocupa un área de alrededor de 1.100.000 kilómetros cuadrados y el volumen total de agua es de 30.000 km3, aunque las reservas explotables están dentro de los 200 km3. Por sobre el área del SAG se ubican alrededor de 1.500 municipios pertenecientes a cuatro países: Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. La población del área asciende a 23.500.000 habitantes, de los cuales unos 9.000.000 se abastecen del acuífero.
Algunos sectores del SAG corren riesgos determinados principalmente por la sobreexplotación, por la extracción de una cantidad de agua superior a la que el acuífero repone permanentemente y por la contaminación, resultado de la deficiente construcción de perforaciones y/o la carencia de sistemas de tratamiento de aguas y residuos por vertidos industriales en áreas de recarga (tanto líquidos residuales domésticos como agroquímicos e insecticidas en zonas rurales).
Por esas problemáticas, vigentes hoy más que nunca, reivindiquemos el estudio, la protección y la utilización de las aguas subterráneas de forma sostenible para sobrevivir al cambio climático y satisfacer las necesidades de una población en constante crecimiento.
*Por Maribel Martínez Wassaf. Codirectora de equipo de investigación y vinculación tecnológica Biorremediación de líquidos residuales utilizando tecnologías alternativas.
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