Grito de la Tierra, grito de los pobres
Desde el Centro de Bioética UCC nos sentimos alentados por el mensaje del Papa y consolidados en nuestra opción – interesada- por la vida de las víctimas. La Bioética Global, impulsada por Van R Potter (1971) y que estamos desarrollando, está en sintonía con las propuestas de la Encíclica en defensa de la vida de todas las criaturas y de las futuras generaciones.
La Encíclica “sobre el cuidado de la casa común” (Laudato Si) recientemente publicada por el Papa se ofrece al mundo en un momento crítico, donde el deterioro ambiental global ya no es una amenaza, sino una realidad. Está teniendo enorme repercusión en el mundo. Es una “invitación urgente a un nuevo diálogo sobre el modo como estamos construyendo el futuro del planeta” donde el Papa Francisco se dirige: “a cada persona que lo habita” y lo hace en modo personal. “Mi llamado” dirá. La gran novedad que impregna todo el texto y es paradigmática es la concepción que “todos estamos relacionados, interconectados, todos nos necesitamos unos a otros”. Nuestra hermana y madre tierra “clama por los daños que le provocamos con nuestro modo de vivir irresponsable”. Y avanza sobre la posición tradicional diciendo que: “Hemos crecido pensando que éramos sus propietarios y dominadores, autorizados a expoliarla… Olvidamos que nosotros mismos somos tierra”.
Estado de situación, responsables y a repensar el desarrollo
Para el diagnóstico de la situación se basará en las mejores evidencias científicas, en pensadores y organizaciones sociales, con un recorrido que va desde el cambio climático, la inequidad social escandalosa, a los sistemas de producción, el extractivismo, los riesgos del paradigma tecnocrático, la biotecnología y los transgénicos, incluyendo los riesgos para las relaciones humanas del mundo digital.
Denuncia y responsabiliza a los poderosos, a las multinacionales y a los estados cómplices, que enmascaran los problemas reales, sometidos a la economía. La crítica más contundente es al paradigma del progreso y del desarrollo: “Un desarrollo tecnológico y económico que no dejan un mundo mejor y una calidad de vida integralmente superior no puede considerarse progreso.” Denuncia que los peores efectos los sufren los pobres y no duda en afirmar que son millones, la mayoría de las personas del planeta. La crisis no es solo ambiental sino socio ambiental.
Necesaria relacionalidad. Las propuestas y lo que tenemos que aprender
Su propuesta es una valiente revolución cultural: Ecología integral, que incluya todas las dimensiones, humana, cultural y ambiental. Nuevamente San Francisco como modelo: en él son inseparables la preocupación por la naturaleza, la justicia con los pobres, el compromiso social y la paz interior. Se trata de una revolución paradigmática, verdadera “conversión ecológica” ante nuestro actual estilo de vida insostenible: Hay que aminorar la marcha, parar la cultura del descarte (humano y de naturaleza), el derroche, el consumo desenfrenado. Ser conscientes de los límites del planeta involucra respeto, sobriedad (“menos es más”), responsabilidad y solidaridad. “Es tanto lo que se puede hacer”, y lo demostrará con propuestas que superan las denuncias. Imperdibles las oraciones finales, síntesis del texto desde la sensibilidad del Papa.
Las indicaciones van tanto para los estados con recomendaciones precisas, para los empresarios y financistas, como para la vida cotidiana de cada uno de nosotros, a un cambio cultural, educacional y espiritual. Deberemos adoptar incluso un nuevo examen de conciencia! donde no solo revisar la comunión con Dios, con los otros y con uno mismo, sino también con todas las creaturas y la naturaleza(*). Las dimensiones de una saludable y revolucionaria relacionalidad.
(*) Horizonte de relaciones incluidas en el concepto de vida saludable para los Pueblos originarios de Nuestra América.