La Belt and Road Initiative (BRI), en español denominada la iniciativa La Franja y la Ruta, fue lanzada en el año 2013 y su crecimiento y aceptación ha sido importante en la mayoría de las regiones del mundo. Es el proyecto oficial de integración económica mundial del gobierno de la República Popular China pero su impacto en los procesos de globalización excede ampliamente esta arista ya que, al mismo tiempo, se incorporan nuevos sentidos políticos y culturales que requieren de una adecuada interpretación.
La iniciativa es una parte relevante del futuro de las relaciones económicas globales. En este contexto, se trata de una gran oportunidad para los negocios de América Latina de la cual ya forman parte otros 144 países. En tiempos de fronteras cerradas y necesidad de reactivación económica, el ingreso de Argentina es una gran noticia en materia diplomática, pero también comercial, política, económica y cultural. Además, el acuerdo trae consigo una inversión china que se estima en 23.000 millones de dólares para el país.
Múltiples dimensiones de una nueva forma de globalización que incorpora la visión china del mundo.
Como potencia económica mundial, el gigante asiático proyecta su influencia global cada vez más determinante en el mundo de los negocios. Por ello, la construcción de infraestructura, el apoyo financiero y el desarrollo industrial que China promueve en diversos territorios del mundo, se combina con nuevas formas de cooperación en otros ámbitos.
Argentina se suma a otros países latinoamericanos que en los últimos años fueron ingresando en la BRI: Perú, Venezuela, Bolivia, Chile, Ecuador y Uruguay. No hay requisitos ideológicos para integrarla y se trata de una iniciativa pragmática, que agrupa a países con distintos signos políticos y diversas formas de organización gubernamental.
Conocé nuestro Centro de Estudios La Franja y la Ruta.
Se busca seguir ampliando el volumen comercial e incentivar activamente la diversificación del comercio entre ambos países. Como ejes destacados, ambas partes convinieron en promover la cooperación de inversiones en las áreas de desarrollo verde y sostenible y la economía digital, siendo clave la cooperación científica y tecnológica. Además, Argentina logró el compromiso de explorar opciones para incrementar la participación del componente local (empresas argentinas) en los proyectos de inversión china en infraestructura y que el enfoque de inversiones para aumentar la oferta exportable argentina tenga eje en el desarrollo productivo y la generación de empleo.
Apoyo en relación a intereses soberanos
También, la declaración conjunta entre la República Argentina y la República Popular China incluye el compromiso de seguir brindando apoyo recíproco a sus respectivos intereses soberanos. De este modo, Argentina reafirma su adhesión al principio de "una sola China", mientras que la parte china reitera su apoyo a los reclamos de ejercicio pleno de soberanía de la Argentina en la cuestión de las Islas Malvinas.
Como otro elemento destacado, China resaltó la Presidencia argentina en CELAC, institución por la que muestra un marcado interés. Esto ha posibilitado que el Foro China-CELAC (FCC), constituido el 17 de julio de 2014, sea la plataforma más importante de vinculación de China con América Latina (de forma regional, sin considerar las relaciones bilaterales). China, en sus documentos oficiales, describe al FCC como una plataforma estratégica de cooperación, con disposiciones institucionales y reglas de funcionamiento y un plan de cooperación definido. La estrategia institucional de China hacia América Latina es canalizada por el FCC y no por otras organizaciones de integración regional que tienen un volumen de interacción bajo con China. Argentina ocupa la presidencia de CELAC desde el 7 de enero pasado, siendo este un punto relevante en la visita de Fernández a Beijing.
La Franja y la Ruta es una oportunidad para Argentina, pero también un desafío. Una oportunidad de reactivación económica, canalizado su desarrollo de forma diversificada e integrada al mundo. También, claro está, es un desafío, que requiere una adecuada interpretación del contexto y de la dinámica global, y del rol de China en particular, trabajando para el beneficio mutuo de Argentina y China en los acuerdos específicos en el marco de La Franja y la Ruta.
Por Mariano Mosquera, director de nuestro Centro de Estudios La Franja y la Ruta, y Gonzalo Fiore Viani, investigador del Centro de Estudios La Franja y la Ruta (UCC/CONICET).