La noticia de la muerte de Martín Lardone, nos ha golpeado emocionalmente; y de manera particular a los integrantes de la comunidad académica de la facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales.

Martín ha sido graduado y profesor de la facultad durante varios años. Y desde marzo del 2009 a marzo de 2012 ocupó el cargo de decano de la facultad.

La muerte de una persona querida afecta de manera particular; y cada uno intenta afrontar el dolor de la mejor manera posible. Quienes tenemos fe creemos que la muerte no es el final de todo, sino un paso; es cruzar una puerta detrás de la cual un Dios Bueno nos recibe con los brazos abiertos.

Soy consciente de que no todos comparten esta fe; de todos modos creo que -tanto a creyentes como a no creyentes- puede ayudarnos, incluso en medio del dolor y la sorpresa por la pérdida de una persona apreciada, hacer memoria para dar gracias: dar gracias por todo lo bueno que hemos recibido a través de Martín; de su vida académica y sus cualidades personales. Un escritor argentino dice que “sólo es nuestro aquello que dimos”. Finalmente lo más propio de Martín es lo que cada uno conserve de él. San Pablo dice en la carta a los Romanos que “ninguno vive para sí; ni tampoco muere para sí”. Vivir para los demás, es lo que perdura ya que lo que de verdad queda de nosotros es aquello que dimos y entregamos con generosidad y amor.

Tal vez este momento y los días posteriores, sean una ocasión propicia para recordar y agradecer todo lo bueno que hemos recibido en la vida de Martín.

En nombre de la Universidad quiero expresar de este modo la gratitud de la Universidad que lo formó, lo tuvo como docente y directivo, de la que él ha recibido mucho y a la que él le dio mucho. Su ausencia física que ahora comienza deja espacio a la memoria y la gratitud por lo que queda de él en nosotros.

Que Dios bendiga a su familia, a sus seres queridos y a toda la comunidad de la facultad.

Afectuosamente.

P. Lic. Rafael Velasco, sj

Rector