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Tránsito en Córdoba

Publicado el 16/02/2016 en Noticias UCC

La forma en la que conducimos nos habla del respeto que tenemos hacia los demás, incluso hacia los más débiles que en este caso son los peatones, y también de la educación que hemos tenido en materia vial. En este sentido, es importante tener en cuenta cuáles son las pruebas que se deben afrontar para conseguir un permiso para conducir y también, las penas a las que nos veremos sometidos en caso de incumplimiento. Pero hay normas que se incumplen por ignorancia y otras que no. Una de las más desconocidas es quién tiene paso en una rotonda. La realidad es que tiene prioridad el que circula, luego el que sale y por último el que va a ingresar pero, en general, lo hacemos todo al revés. Muchas veces las rotondas están mal diseñadas y señalizadas pero la realidad es que tampoco estamos acostumbrados a prestar atención a las señales y menos a acatarlas. Otras asignaturas pendientes son respetar el carril por el que conducimos y las sendas peatonales. 

Para Pablo Farías*, subsecretario de Tránsito de la Municipalidad de Córdoba, lo más peligroso es la velocidad y piensa que no se trata de desconocimiento sino de subestimación de los riesgos. Comenta que los siniestros viales ocurren porque hacemos algo mal o dejamos de hacer algo. Un ejemplo usual y poco respetado es el de no bajar la velocidad cuando está indicado porque hay una escuela, no poner el guiño. “Esto está en un plano ético de comportamiento – opina Farías. El problema es que mucha gente piensa que no le va a pasar y que si le ocurriera, tiene la habilidad suficiente y las herramientas (frenos por ejemplo) para sortear el accidente. A nivel mundial entre el 93 y el 96 por ciento de los siniestros viales ocurre por razones humanas.”

“Las estadísticas en la Argentina son bastante deficientes – indica el fincionario –  y el estado municipal no es una excepción. La única fuente de información al respecto de cómo nos comportamos es la cantidad de actas que se realizan en relación a las infracciones”.

La trilogía de la prevención vial tiene que ver con educar; planificar una ciudad (minimizar las situaciones de riesgo); control y sanción. Si bien el estado tiene a la cabeza esta responsabilidad, y en este sentido el Subsecretario reconoce que falta mucho trabajo por hacer, también aduce que la siniestralidad vial es una responsabilidad de todos.

“No vendrá de mano de los inspectores de tránsito ni de la caminera –explica. Para empezar porque son fuerzas insuficientes para manejar el nivel de inconductas.” En Córdoba hay 500 inspectores de tránsito distribuidos en cuatro turnos: mañana, tarde, noche y feriantes. “Son insuficientes para la ciudad de Córdoba hoy con 750 barrios – indica. Y a nosotros, en materia de control nos falta eficiencia para poder poner los pocos recursos humanos que tenemos a trabajar en serio”.

A pesar de estas cuestiones el panorama no resulta tan desalentador. Según indica el funcionario, los números en 2015 han cedido y hubo un aumento del uso del casco. En el 2012 el municipio lanzó un programa para obtener el primer permiso de motocicletas que es el principal colectivo de riesgo (el 70% de las víctimas). Para obtenerlo tienen que pasar por jornadas de capacitación y luego ir al médico y a la pista donde deben demostrar sus habilidades conductivas. “Este año queremos trasladar esta experiencia a la categoría automóviles –apunta Farías. La gente tiene que entender que el primer permiso de conducir no puede ser un trámite de 15 minutos. Es algo importante que pone en riesgo tu vida y la de los demás.”

“Son cambios culturales que llevan mucho tiempo y para que sean duraderos es necesario que la educación vial se incluya en los contenidos escolares desde la primaria como ha pasado con la educación ambiental–agrega. Todas las leyes a nivel nacional, provincial y municipal apuntan a que la educación vial forme parte de los contenidos formales, el problema es que los docentes en general no tienen esa formación.”

Para Pablo Farías, lo ideal sería la unificación de las autoridades de control y de planificación, algo que funcionó muy bien en España donde se ven los resultados de 20 años de trabajo en una misma línea y con una única autoridad de aplicación. Pero aclara que será muy difícil pensar que el control va a resolver el problema y que hay que comenzar a pensar qué puede hacer cada uno desde su lugar: “no llevar a mi hijo en la plaza delantera, ponerme el cinturón de seguridad, usar casco en una moto. Si fuéramos un poco más respetuosos de las normas las cosas serían diferentes –aporta. Un cartel de “Pare” cuesta 300 pesos a diferencia de un semáforo que cuesta 300 mil y muchas veces cumplen la misma función. La realidad es que la gente no respeta los carteles y le cuesta comprender que los códigos de tránsito son códigos de convivencia. Todavía no estamos percibiendo el impacto social que van a tener las secuelas de la siniestralidad vial.”

Los cuatro factores de riesgo más implicados en la siniestralidad

La velocidad, el consumo de alcohol, el uso de la telefonía celular mientras se conduce (no solo hablar sino escribir mensajes) A 40 km x hora, (una velocidad muy prudente) un automóvil se desplaza 11,10 mts en un segundo. Si mi distracción es de 3 segundos que es lo que me toma tomar el celular y ver quien llama hice 33 metro sin ninguna atención en el tránsito. Entonces se generan los típico siniestro de distracción

El cuarto factor que tiene que ver con los hábitos sociales es la somnolencia, fatiga o cansancio muy vinculardo al transporte profesional (taxis, camiones) Es un factor muy silencioso y poco investigado porque es difícil de acreditar que la génesis del siniestro fue esa porque es difícil que alguien reconozca que se durmió.

El por qué de las normas

Si yo atropello un niño a 50 km por hora hay un 70 % de posibilidades de que ese accidente sea mortal. En las avenidas la máxima es de 60 km. por hora porque se supone que todo atropello a más de esa velocidad es mortal.

Máximas en la ciudad

 60km por hora en avenidas

 40 en calles

 20 en paso niveles

 30 en frente a escuelas

 110 en Circunvalación

*Pablo Farías es Abogado y ha realizado cursos especializados en materia de seguridad vial. Además fue asesor durante 25 años en compañías de seguros.

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