Melisa Alonso Salas es Médica y profesora egresada de nuestra universidad; es Ginecóloga y Obstetra por la UNC y la Universidad Provincial. Se especializó en laser con Gabriel Femopase, y cirugía reconstructiva con un Máster en sexualidad de la Universidad de Alcalá España. También es coach profesional y gestora de equipos.
Nació en Lima, Perú pero a los cuatro años se vino a vivir con sus padres a la Argentina. Desde pequeña ya quería ser médica, en parte porque su mamá atravesó una enfermedad importante. Siempre tuvo buenas notas, así que en su colegio, Nuestra señora del Huerto, donde cursó por 13 años, le propusieron presentarse para una beca en nuestra Universidad.
Melisa confiesa que fue dura la tarea, porque ese año solo había cuatro becas para Medicina, pero aclara que el resultado mereció todos los esfuerzos y agradece infinitamente la posibilidad que tuvo.
¿En qué consiste tu especialidad?
Me especializo en tratamientos de lesiones precancerígenas en cuello uterino con laser y también en cirugía reconstructiva genital de pacientes que han tenido partos con desgarros importantes.
Tengo muchos trabajos científicos presentados al respecto en el marco de la fundación sexológica Argentina de la cual soy miembro fundador. El gusto por la investigación es un hábito que adquirí en la UCC, porque me dio las herramientas para poder desenvolverme en este ámbito.
¿Qué podes contarnos sobre tu experiencia en la UCC?
Traté de cursar siempre al día. Participé del Voluntariado desde segundo año y hasta unos años después de mi egreso, pero ya con la residencia se me complicó y no pude continuar. También participé del grupo Laser, una comisión científica de la Universidad en donde hacíamos cirugía experimental.
Uno de mis mentores fue Gabriel Femopase, también egresado de la UCC, quien me enseñó todo sobre lo que hago actualmente. Estoy muy agradecida con la Universidad por la oportunidad que me dio.
El Voluntariado marcó mucho mi profesión y estilo de vida en todos sus aspectos.
¿Cómo fue tu experiencia como voluntaria?
Participé en el grupo de Agua de las Piedras Ongamira y fue excelente porque yo sentía que podía aplicar todo aquello para lo que me estaba preparando. Recuerdo especialmente al Padre Velasco que nos instaba a no hacer asistencialismo sino brindar las herramientas para el crecimiento personal del otro, tanto en su economía como en otros ámbitos. Nos decía que teníamos que lograr que ellos mismos sean los actores principales de su historia. Yo hacía control de enfermedades crónicas pero también les ayudábamos a comercializar de manera más conveniente sus productos artesanales. El Voluntariado marcó mucho mi profesión y estilo de vida en todos sus aspectos. Es una forma de ver el mundo que agradezco a la Universidad. Tengo un montón de amigos que considero como mi familia, y gran parte de ellos son de la UCC y el Voluntariado.
¿Qué haces hoy que te conecta con esa experiencia?
Con Gabriel Femopase somos médicos asesores de la ONG María del Norte que surgió hace algunos años debido a una impronta que tiene el cáncer de cuello uterino en Chaco. Esto se da fundamentalmente porque hay mucha desnutrición, sobre todo deficiencia de ácido fólico por el tipo de comidas a las que están habituados. Una anécdota en referencia a esto es que estábamos trabajando con wichis de la comunidad Qom junto con el INTA para enseñarles a hacer huertas. Un día les servimos carne con una ensalada de tomate y lechuga y uno de los niños se levantó a llevar la ensalada a las cabras. Cuando le dijimos que era para él y le preguntamos por qué se la llevaba a la cabra nos dijo que era "porque ellas comen pasto".
Esta ONG se formó con muchas mujeres que padecieron esta enfermedad e hijas de mujeres que fallecieron a causa de ella. Viajábamos a Pampa del Infierno, Pampa Bolsa y Pampa Argentina y nos íbamos hasta el río Bermejo. Llevábamos el laser y unos generadores porque allí en el medio del monte no hay energía eléctrica.
Yo tuve que dejar unos años de viajar pero luego volví con mi familia. Ahora soy consultora de la ONG.
Creo que la compasión con el otro es un valor que no se debería perder. Tengo dos hijos y una hija en camino y eso es lo que quiero transmitirles. La empatía, la solidaridad y la comprensión del otro.
¿En lo laboral qué es lo que más disfrutas?
Me considero una emprendedora, tengo un centro de salud femenina que se llama Shelosophy, donde a la mujer se la ve como un todo: desde lo ginecológico hasta la salud sexual que es muy importante y la acompaña en cada etapa que va transcurriendo en su vida. Es un emprendimiento de aproximadamente hace dos años y estamos creciendo de a poco.
Creo que la compasión con el otro es un valor que no se debería perder. Tengo dos hijos y una hija en camino y eso es lo que quiero transmitirles. La empatía, la solidaridad y la comprensión del otro.
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