Franco Baliosian es el ideólogo y fundador de una fábrica de pequeñas máquinas. Es cordobés, tiene 29 años y egresó de nuestra carrera de Ingeniería Mecánica en 2012.
En los últimos días se hizo conocido por fabricar una máquina que puede empanar unos 100 kg de milanesas por hora, pero su emprendimiento es mucho más amplio. En su empresa Balcami se idean y fabrican otros productos destinados a un público medio, que no llega a ser industrial pero necesita más que un artefacto doméstico. El viernes 7 de julio presenta su producto estrella en vivo, en el programa Cocineros Argentinos.
–¿Cómo surgió tu emprendimiento?
–La iniciativa surgió por un conocido que tenía pollería y quería comprar una máquina para empanar milanesas. Tardé como cinco meses en el desarrollo de ese primer prototipo. Entre ese y las máquinas que hacemos ahora, hubo muchos avances. Antes hacíamos máquinas especiales a pedido y ahora nos dedicamos a hacer cosas propias enfocadas a un mercado.
–¿Cuáles son las características de esta máquina de empanar?
–Es una máquina accesible económicamente a un nicho del mercado. Produce entre 70 y 100 kg de milanesas por hora, un trabajo que a mano llevaría no menos de ocho o nueve horas. Además, con un kg de carne sacás más o menos dos de buenas de milanesas.
–¿Cómo es empezar de cero con una empresa como esta?
–Desde que empecé la carrera, mi meta fue tener mi propia empresa y por eso no trabajé mucho tiempo en ningún lado. Antes fui inspector de calidad, operario y diseñé máquinas para Renault.
Los primeros años es todo trabajo, y renegás mucho con lo cotidiano. Cuando sos dueño tenés que estar en todo: vender; organizar; comprar; llevar y traer materiales, buscar una pieza del tornero, enviar cotizaciones, la impresora que se rompió; comprar la ropa de trabajo; recargar el matafuegos; etc. Estás inmerso en un montón de cosas y por ahí te desenfocás de otras más importantes como financiarte, por ejemplo.
–Cómo se inventa una máquina?
Entre los ingenieros, hay gente que se dedica al desarrollo de cosas nuevas, pero en lo que es maquinaria, uno se basa en cosas que ya existen y toma esas ideas para adaptarlas a lo que necesita.
En esta empanadora por ejemplo, para subir el pan rallado empleamos el mismo mecanismo que se utiliza en el campo para pasar los granos desde la cosechadora a los camiones o silos.
–¿Cuál es el público al que apuntan?
– Apuntamos a las carnicerías y pollerías que quieran crecer; fabricantes de milanesas; o frigoríficos que tienen varias carnicerías.
Existen máquinas más industriales y también más chicas que no sirven para el público con el que nosotros trabajamos.
–¿En qué otros proyectos están trabajando?
–En este momento estamos trabajando en una máquina para hacer hamburguesas que puede producir desde 40 a 600 o 700 kg por día.
También estamos desarrollando dos máquinas pequeñas para los pasos previos al empanado de las milanesas.
Nuestras dos producciones estrella son las máquinas para hacer hamburguesas y milanesas.
En principio trabajamos con productos cárnicos pero la idea es avanzar en otros rubros alimenticios como las máquinas que cortan verduras o para el lavado de las papas. Quizás ya existen, pero nosotros las adaptamos a una capacidad de producción y un público local.
–¿Cómo es el mercado de córdoba en relación a este producto que podríamos llamar pequeñas máquinas?
–Se puede decir que hay mercado y clientela. Yo estoy en el rubro cárnico, pero existen mil rubros y en Córdoba no hay mucha producción de máquinas. Hay muchos emprendedores que consumen maquinaria mediana. Un intermedio entre lo industrial y lo doméstico.
Lo chino no es muy bueno y además le cobran muchos impuestos. Las máquinas europeas cotizan en euros y son caras.
–¿Qué tenés planeado para el futuro de tu empresa?
–La idea es crear una empresa bien organizada con todo procedimentado. Me gustaría poder tener por separado un equipo de desarrollo de nuevos productos y generación de prototipos y por otro un equipo de producción.
–¿Qué le recomendarías a un estudiante o a alguien que recién se recibe?
–Al que está estudiando, le recomendaría que además, trabaje, para conocer sobre proveedores, cómo trabajar con cheques, etc. En la facultad se hacen prácticas pero están orientadas a otras cuestiones.
Otra cosa importante es que si quieren dedicarse a algo personal en el futuro, les recomiendo que no trabajen en grandes empresas como las automotrices por ejemplo. Ahí vos cumplís una función y los problemas que surgen en esas empresas no son los que vos podés llegar a enfrentar en una pequeña empresa personal.
Yo trabajé en un par de empresas grandes mientras estudiaba, pero después de egresar lo hice en empresas similares a la que tengo, donde aprendí varias cuestiones que ahora me sirven.
Otra cosa que recomendaría es prestar atención a todas las materias que se cursan. Aunque te parezca que no, después descubrís que hay un montón de cosas muy útiles en Economía (por dar un ejemplo) y que te sirven un montón para aplicarlas. Si bien tal vez vos no lleves la economía de tu empresa, tenés que saber qué pedirle al contador y cómo controlar su trabajo.
Yo hice muchos cursos también de administración; ventas; marketing; liderazgo; recursos humanos; etc. Para mí hay que hacer un curso por año como mínimo y saber un poco de todo. No necesariamente para aplicarlo directamente, pero sí para que cuando te están hablando de algo vos sepas de qué se trata. Si no, dependés absolutamente de lo que te digan y vos sos un observador. Aunque sean cursos de tres o cuatro meses, hay que modernizarse e interiorizarse con las técnicas de producción.
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