Este 2020 se cumplen dos décadas de la creación de nuestro Voluntariado, un área que se constituye y afianza gracias al esfuerzo de gente que elige compartir parte de su tiempo con personas que viven otras realidades.
Cada año, contamos con alrededor de 150 voluntarios de esta y otras universidades que trabajan en los siete grupos que se formaron a lo largo del tiempo. Solo en los últimos diez años, nuestros voluntarios realizaron más de 2350 viajes para conocer, trabajar y ayudar a alrededor de 5000 niños y familias de los sectores más desfavorecidos.
En esta nota, te contamos un poquito de su historia.
Así nació el Voluntariado de la UCC (Vucc)
Ya desde 1987 el grupo misionero San Francisco Javier, a cargo del el Padre Miguel Petty, sj, venía trabajando con las familias de Aguada Guzmán, en la Provincia de Río Negro. Si bien al principio fue un grupo de jóvenes universitarios provenientes de Buenos Aires, luego se fue sumando gente de Córdoba y de nuestra UCC. En el año 2000, con la asunción de Petty como Rector de la Universidad Católica de Córdoba, se conforma el área de Voluntariado en el marco del Vicerrectorado de Medio Universitario.
¿Qué hace un voluntario UCC?
El trabajo de nuestros voluntarios consiste en actividades solidarias orientadas a los sectores pobres o desfavorecidos de la sociedad, en especial de quienes tienen menos oportunidades. El objetivo es el fortalecimiento de la promoción humana, entendida como el desarrollo y crecimiento integral de las comunidades más desfavorecidas en sus dimensiones personales, económicas y sociales, tanto en términos individuales como comunitarios.
"La estabilidad, el compromiso y la construcción conjunta son tres pilares fundamentales para el trabajo con las comunidades para que los actores (voluntarios y comunidad) puedan conocerse y enriquecerse de los conocimientos de cada uno. Vale decir, no imponer cambios sino construir junto con las personas", aclara Graciela Franchini, coordinadora del voluntariado desde sus inicios.
Por qué (somos o fuimos) voluntarios
Según la historia oficial, el primer voluntario fue Lucas Utrera, que recuerda haber tomado esa decisión cuando empezaba el milenio y su segundo año de carrera. "Siempre digo que el VUCC fue la parte "práctica" de mi carrera, sin dudas, mi primer trabajo (¡aún hoy figura en mi CV!), y la confirmación de mi perfil profesional orientado a lo social y al desarrollo humano. Asegura que– ¡El VUCC te deja una marca indeleble!", y recuerda que en Ongamira; Todos los Santos y alrededores, visitó y entabló amistad con personas increíbles que en otro contexto nunca hubiese conocido.
Lucas es egresado de nuestra carrera de Ciencia Política y Magíster en Administración y Políticas Públicas de la Universidad de San Andrés. Actualmente vive en Buenos Aires y se dedica a la consultoría en RSE y Sustentabilidad para organizaciones de toda América Latina. Su último libro fue Los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030. Una agenda para que decidamos con sentido.
Agustina Hee es egresada la Facultad de Ciencias de la Salud de la UCC. En la actualidad tiene 30 años y vive en Alemania. Es médica y quiere especializarse en Pediatría. Comenzó a participar del voluntariado en tercer año de su carrera y lo hizo en los grupos Nuestro Hogar 3 y Hogar Bethel hasta poco antes de recibirse. "Aprendí sobre compromiso social, compañerismo y responsabilidad; y tengo constantemente presente esa experiencia. Me ayuda a sacar mi mejor versión a la hora de trabajar con mis pacientes y colegas", comenta, y cita la frase de un libro de Rafael Velasco, sj, que sintetiza su opción de ser parte de esto: "Haz de tu conocimiento algo solidario".
Luz Taborda, estudia abogacía en la UNC (Universidad Nacional de Córdoba) y forma parte de nuestro Voluntariado desde hace nueve años. Comenzó en el grupo Hogar Bethel en 2011 y después me sumó al de Camino San Carlos en 2015.
"Para mi ser voluntaria es poder ayudar brindando información, diálogo, compañía, cariño, apoyo o contención (entre muchas otras cosas) a ciertos grupos que, viviendo en realidades muy adversas, suelen estar invisibilizados. Intentamos sumar un granito de arena para un mundo mejor, más justo y equitativo para todos."
El agradecimiento es inmenso
Silvia Acosta es la coordinadora del grupo de Animación Pastoral de la capilla Nuestra Señora del Rosario. Tiene 40 años nació y creció en Villa del Rosario, un lugar con pocos habitantes donde no hay municipio ni comuna, ni destacamento policial, ni dispensario, pero sí escuela primaria y secundaria que funcionan en el patio de la parroquia.
Silvia se casó a los 16, pero vivió una experiencia triste y de mucha violencia, por lo que decidió regresar con sus pequeños hijos a casa de sus padres para empezar una nueva vida. "No fue fácil, con la ayuda de mi familia y con mucha fe, logré salir adelante y prometí estar siempre que pueda colaborando con la tarea pastoral de la capilla y ayudar a quien lo necesite". Así conoció al grupo de voluntarios por intermedio del Párroco Mario Mangiaterra. "Al principio nos costó un poco entender e ir acercándonos, pero ellos fueron perseverantes con sus visitas y se fueron haciendo conocidos de los vecinos que hoy los esperan con brazos abiertos– cuenta. Les transmitimos cada necesidad que surgió, y siempre encontraron alguna solución porque se interiorizan y se comprometen con todas las actividades y problemáticas del lugar. Desde médicos para atender consultas o hacer fichas a los niños del colegio, hasta un ropero comunitario o conseguir turnos en Córdoba para quien no tiene medios de pagar una consulta. Organizaron charlas informativas y de orientación vocacional para los jóvenes del secundario; encuentros para las mujeres (que estamos muy alejadas de cuidados y prevención para nuestra salud, tips de belleza, etc) y otros muchos espacios de entretenimiento. Para los niños, actividades recreativas e inclusivas y festejos. Ellos realmente los esperan y hasta les cuentan cosas de su vida cotidiana. Creo que los integrantes de este grupo son un referente para muchos de nosotros y sin duda supieron ganarse el cariño y la confianza de la gente."
Cada grupo, una historia
Grupo Rural Agua de las Piedras – Ongamira
El 26 de agosto de 2000, comienza el trabajo voluntario en el norte de la Provincia de Córdoba, más precisamente en los parajes de San Lorenzo, Agua de las Piedras, Puertas del Cielo, Costa del Río Pinto, Todos los Santos y Camino a la Cañada, localizados en los Departamento Totoral e Ischilín de nuestra provincia. Un grupo de voluntarios viajaba a la zona todos los primeros sábados de mes hasta el año 2010 deciden cambiar el lugar de desarrollo de sus actividades.
Grupo Voluntario Apoyo Integral a la Niñez en Villa Rivadavia Anexo (camino San Antonio de la ciudad de Córdoba)
Funciona desde el año 2006 y tiene como precedente el trabajo informal por parte de algunos estudiantes de Ciencia Política y Relaciones Internacionales.
Hasta el 2010 desarrollaron sus actividades en el garaje de una vecina del barrio que lo concedió para que puedan contar con un espacio cerrado. Pero a partir de ese año, el grupo se trasladó al Jardín comunitario Trapitos Soñadores –espacio cedido por Cáritas Córdoba, donde actualmente sigue desarrollado su actividad de recreación y apoyo escolar.
Grupo Voluntario Nuestro Hogar 3
Con miras a fortalecer el trabajo que ya se realizaba en la comunidad, orientado a la recreación, apoyo escolar y la promoción y seguimiento de huertas comunitarias, a mediados de 2007, se iniciaron los contactos con la comunidad de Nuestro Hogar 3 situada sobre el margen de ruta 36 al sur de la ciudad de Córdoba. La actividad con el barrio se formalizó a partir del año 2008 y se concentró en los últimos años en el apoyo escolar y recreación con los niños.
Monte del Rosario
En 2010, el Grupo Voluntario Rural Agua de las Piedras- Ongamira cierra su ciclo de trabajo en la zona y decide empezar su trabajo solidario en el pueblo de Chalacea, entre CañadaLuque y Obispo Trejo, a 130 km de la ciudad de Córdoba. Allí, por cinco años los voluntarios comparten con la comunidad. A partir de 2016, el cura párroco de la zona, propone continuar el trabajo voluntario en Monte del Rosario, a 200 km de la ciudad de Córdoba, trabajo que continúa en la actualidad mediante las visitas a las familias, asistencia primaria de la salud, derivación de pacientes a nuestra Clínica Universitaria Reina Fabiola a través de consultorio externo, recreación con los niños, ferias de ropas, entre otros.
Grupo Voluntario Hogar Bethel
Sus precursores fueron en su mayoría estudiantes de Ciencias de la Salud, que viajaban una vez al mes al Hogar de Casa Bethel en la ciudad de La Cumbre, donde compartían un día distinto con niños cuyos padres están judicializados y fueron separados del seno familiar y puestos en guarda. El grupo de voluntarios pide formalmente su incorporación al área de Voluntariado en el año 2011.
Grupo Misionero La Candelaria
En 2015 se formalizó su creación. El grupo viaja en mayo y septiembre y basa sus visitas a las familias compartiendo junto con ellas sus costumbres, su forma de vivir, y sus necesidades, una vivencia rica en la unión de corazones en actitud de servicio. También comparte celebraciones de misas en las casas de los pobladores, colabora con los trabajos rurales, derivación de pacientes a nuestra Clínica Universitaria Reina Fabiola, apoyo escolar para adultos que están haciendo el secundario a distancia en la escuela de Los Gigantes, etc. En los últimos años, añadimos al recorrido del grupo la zona de la Capilla de La Concepción, cercana a La Candelaria.
Grupo Voluntario Camino San Carlos
Para conformar este grupo, se entablaron relaciones con la Iglesia Cristo Redentor de barrio Jardín, con la intención de orientar el trabajo a la zona del Camino San Carlos entre los km 8 y 12. Las tareas se centran en el acompañamiento a algunas familias que concurren a la Capilla. Entre otras actividades, realizan manualidades y cuentacuentos con los niños de los distintos centros de la zona. También se hizo una campaña oftalmológica, llevando a más de 80 personas del barrio al Centro de la Visión de la Reina Fabiola.
Además, con nuestra Facultad de Arquitectura se llevaron a cabo relevamientos habitaciones en las casas de las familias de la zona. Parte de este proceso, permitió la creación del Banco de Materiales de Cáritas para poder realizar las obras edilicias propuestas por los profesionales de la Facultad. Hoy la Parroquia y el Banco de Materiales siguen trabajando juntos en el barrio.
Grupo Voluntario Barrio El Milagro
Fue el último en incorporarse, en 2019, al Voluntariado. Mayoritariamente se constituyó por estudiantes de la Facultad de Ingeniería que realizaron por dos años mejoramiento habitacional en sectores de la ciudad que necesitaban de ese servicio. Actualmente, de la mano de un actor externo que trabaja en barrio El Milagro, los voluntarios trabajan semanalmente en el mejoramiento de viviendas en este asentamiento del sur de nuestra ciudad.
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